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  • Foto del escritorGabriel Lugo

Cómo afecta el COVID-19 al corazón

En noviembre de 2019 un extraño virus comienza a contagiar a miles de personas en Wuhan, China central. Como suele suceder con los virus se va expandiendo por todo el territorio y en enero de 2020 empiezan a registrarse los primeros casos fuera del país asiático. Un nuevo coronavirus, llamado COVID-19 era identificado, un virus desconocido y con el que el mundo entero sería sorprendido y el que puede traer complicaciones al corazón.


Los primeros síntomas del COVID-19 lo asociaban al principio con una gripe muy fuerte, hasta que los pacientes comenzaron a presentar otros síntomas como diarrea, tos seca y perdida del gusto y el olfato; con el pasar de los días muchos de estos desarrollaron una severa neumonía, poniendo en alerta a las autoridades sanitarias del mundo entero. La Organización Mundial de la Salud declaró, que por la manera en la que avanzaba el coronavirus, podría convertirse en pandemia, y de hecho así lo es hoy en día.


En febrero de 2020 Italia se convertiría en el segundo país más afectado por el coronavirus, COVID-19, con miles de muertos cada semana. En marzo siguiente, España declararía Estado de Alarma y comienza a registrar una rápida ola de contagios, siendo Madrid, su capital, una de las más afectadas, seguida de Barcelona. El mundo entero comienza a paralizarse y desde los servicios sanitarios: clínicas, hospitales y ambulatorios del mundo, nosotros las y los médicos, empezamos a batallar contra un virus desconocido y sin tratamiento certero y mucho menos una vacuna.

COVID-19 y los síntomas más comunes


Aunque una persona contagiada de coronavirus o COVID-19 podría comenzar sus síntomas de diversas maneras, lo más relevantes son fiebre, tos, disnea, mialgias, fatiga y diarrea, aunque cerca del 10% de los casos puede cursar sin fiebre y alteración del olfato y el gusto, a estos se les conoce como asintomáticos.


El 81% de los pacientes contagiados de coronavirus presentan una enfermedad leve o con pocas complicaciones mientras el 19%, que, aunque pareciera poco es un número importante y significativo, pueden presentar una enfermedad severa ameritando hospitalizaciones e incluso UCI, desarrollando neumonías severas, síndrome de respuesta inflamatoria sistémica y choque cardiogénico.


Un paciente con síntomas respiratorios, problemas de oxigenación, alguna enfermedad de base como HTA, diabetes, EPOC deben realizársele el test para COVID-19 y otros basales como hemograma, proteína C reactiva, transaminasas, bilirrubinas, función renal, LDH, CK, troponina, electrocardiograma (ECG) y dímero D.


Complicaciones cardíacas después del COVID-19

Con el pasar de las semanas observábamos la evolución de los pacientes que lograban superar con éxito el COVID-19 o coronavirus y aunque evolucionaban favorablemente, quienes llegaban a ser hospitalizados por una neumonía bilateral un 20% de estos ha llegado desarrollar problemas en su corazón o lo que es lo mismo, enfermedades cardiacas.


Desde el punto de vista cardiovascular hay que tener en cuenta varias cosas, para el seguimiento y pronóstico de cada uno de ellos y principalmente los que ameritaron hospitalización, ya que son quienes debieron presentar la forma grave de la enfermedad y por ende sus consecuencias.


1. El paciente con alguna enfermedad cardiovascular de base tiene mayor riesgo de presentar una enfermedad severa y un desenlace fatal. En la mayoría lo relacionan con la edad y la capacidad de su sistema inmunológica a responder a infecciones. Los pacientes con diagnósticos de HTA, DM2, enfermedades pulmonares e insuficiencia cardíaca ya que estos pacientes de por sí ya tienen alguna alteración en su oxigenación y en su sistema cardiovascular que predisponen a un mayor alcance de las complicaciones embolicas del COVID-19.


2. Puede producir daños directos e indirectos sobre el Sistema cardiovascular como lesión miocárdica aguda, miocarditis, arritmias, Tromboembolismo venoso. Explicados por la alta carga viral y un estado de estimulación pro inflamatoria sistémica (tormenta de citoquinas).


3. Las arritmias pueden ser otro hallazgo y especialmente en pacientes hospitalizados, como consecuencia de la misma respuesta inflamatoria sistémica, por la lesión miocárdica isquémica o no, miocarditis o el uso de medicamentos pro arritmias.


4. La insuficiencia cardiaca por una descompensación de una Insuficiencia cardíaca previa actualmente descompensada o una nueva por efecto directo de la enfermedad que en algunos casos pueden llevar a desenlaces fatales.


5. Otra manifestación es la tromboembolia venosa, que ocasiona la formación de trombos en múltiples sistemas y es una de las causas de las complicaciones graves pulmonares actuales.


6. Las terapias en investigación para tratar la infección por COVID-19 pueden tener efectos cardiovasculares secundarios.


7. Medicamentos para el control de la Hipertensión arterial como los IECA (inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina) o los BRA (bloqueadores del receptor de angiotensina), no deben suspenderse, hasta ahora no se ha demostrado ninguna contraindicación en su continuidad en los pacientes con COVID-19.


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